Nov 7, 2006

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La Tía Julia y el Escribidor

Salvador Elizondo, escritor mexicano, lo hace en un texto de “La Tía Julia y el Escribidor”:


“Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.”

Lo fascinante de este texto es que puede tender al infinito no sólo en una dirección (que es la del escritor que se ve escribir que escribe y que escribe lo que se ve escribir...) sino también el otro infinito que es lo imaginario (aunque, ¿qué parte de aquí podría llamarse no imaginaria?), aquella donde dice que “puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaria...” no es redundante, es un infinito (por lo menos en dos direcciones) de actos de escrituras. Como dos espejos colocados uno frente al otro. Esto también se podría ver imaginando una nena leyendo un libro, que en su tapa tiene a la misma nena leyendo ese libro, y la tapa de ese libro tiene a la nena leyendo el libro, y la tapa de ese libro tiene a la nena con el libro, y así infinitamente.


[http://www.oni.escuelas.edu.ar/]

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