Nov 22, 2006

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El infinito barroco en Bach

BACH:Toccata para Clave

Al emprender un viaje hacia lo barroco, se nos hace presente un pensamiento de Kepler en el cual nos dice: " la idea de la infinitud del universo conlleva no sé qué horror secreto; en efecto, uno se encuentra errante en medio de esa inmensidad a la cual se ha negado todo límite, todo centro, y por ello mismo, todo lugar determinado".
Esta concepción de la infinitud del mundo recorre todas las manifestaciones artísticas del barroco: ¿hacia dónde nos conducen las columnas salomónicas en su persistente elevación en espiral? ¿qué lugar nos espera después de la travesía de los arcos que se prolongan indefinidamente? ¿qué mundos desconocidos nos depara el decorado de las bóvedas con su representación del espacio cósmico?.
Severo Sarduy expresa lo siguiente, al escribir sobra la ciudad barroca: "que nada perturbe la insistencia…. Que nada interrumpa la continuidad lícita del espacio mensurable, ni la del tiempo, perpetua sucesión de instantes idénticos". Más adelante nos dice: "Barroco: espacio del viaje, travesía de la repetición".
Así, la música del barroco nunca interrumpe su movimiento perpetuo. Aún las cadencias se encuentran muchas veces ocultas bajo el canto de las voces superiores. El tiempo se divide en figuras rítmicas que se repiten continuamente en esa " sucesión de instantes idénticos" de la que nos habla Severo Sarduy.
Esta búsqueda de lo infinito hacia lo interior y lo exterior perfectamente conectados, recorre toda la obra de Bach, quien nos conduce por los territorios más sublimes que pueda transitar el alma, hasta abandonarnos al estado más profundo del éxtasis religioso, allí donde San Juan de La Cruz diría: "Entreme donde no supe / y quedeme no sabiendo / toda ciencia trascendiendo".
Las siete toccatas para clave de Bach fueron escritas durante los períodos de Weimar y Cöthen, entre 1707 y 1717. Ellas conforman en sí, un género que sintetiza a su vez, y de una manera muy libre, otros de la época como lo son el preludio y la fuga, la suite y el "concerto grosso". De las siete toccatas, seis abren con preludio y seis cierran con fuga. En la Toccata en Re Mayor encontramos, además de la fuga final, una doble fuga como parte central del tercer movimiento. En la Toccata en Fa# menor también encontramos dos fugas.
Los aires de danza ocupan un lugar muy importante en las toccatas. Así lo cotidiano es celebrado con una profunda religiosidad que llena todos los espacios de la vida. Ante nosotros aparecen aires de zarabanda, giga, tarantella y siciliana, algunas de ellas escritas con la técnica de la fuga como sección final de la toccata.
El "concerto grosso" se hace presente como género y como principio de escritura. Podemos decir que la Toccata en Sol Mayor, escrita en 1709, es antecedente del Concierto Italiano para clave solo, escrito en los años 20, Esta es la única toccata que está escrita en tres movimientos independientes.. Además su primer movimientos nos muestra la alternancia del "tutti" y el solo, esa manera de realizar claroscuros en música y pasar del conjunto al solista, de lo fuerte a lo suave, como se pasa de la oscuridad a la luz, yustaposición drástica de contrarios (o aparentes contrarios), como lo vemos en obras de Caravaggio, Velásquez, Ribera y otros.
Pero la influencia del "concerto grosso", se deja sentir también en movimientos rápidos de otras toccatas. Tanto la parte central del segundo movimientos de la Toccata en sol menor, como el segundo movimiento de la Toccata en Re Mayor, nos muestran el principio dialéctico del "concerto grosso".
En su último movimiento, las toccatas evocan el material musical del inicio, describiendo así una línea espiral, Esto, además de tener un contenido simbólico, que expresa relación con lo divino, pareciera decirnos que aunque retornáramos al lugar de partida, éste nunca volverá a ser el mismo por la carga vivencial del recorrido.
Quisiera referirme ahora a la representación en espejo, tan común en el barroco.
Cuando oímos la fuga de la Toccata en sol menor con sus temas en "inversión de espejo", es imposible no preguntarnos acerca de esa otra mitad invisible a nuestros ojos, que nos complementa permanentemente. Imposible no recordar "Las Meninas" de Velázquez con su espejo fuera del cuadro funcionando como eje para unir lo efímero del tiempo histórico a lo imperecedero de la obra de arte, realidades que se encuentran a ambos lados del espejo. Imposible no recordar el cuadro "Venus frente al espejo" del mismo Velázquez, donde conocemos el rostro de la diosa por su reflejo en el espejo de la representación pictórica.
El problema de lo infinito está planteado en toda la música del barroco. En las toccatas de Bach lo encontramos a nivel motívico, armónico, contrapuntístico y formal. Este último aspecto se evidencia sobre todo en las dos últimas toccatas, las cuales datan del año 1717. En ellas encontramos el encadenamiento de las distintas partes: el final de un movimientos concluye por elisión en el comienzo del siguiente. Esto anticipa en mas de un siglo, los recursos usados por la ópera de la segunda mitad del siglo XIX con desarrollo ininterrumpido.
En el aspecto armónico, la expresión de lo infinito la encontramos en el tercer movimiento de la Toccata en re menor y en el cuarto movimiento de la Toccata en fa# menor. En ambos casos estamos ante movimientos lentos, de éxtasis místicos, expresado en la "perpetua sucesión de instantes idénticos". En el primer caso, la secuencia se expresa con los acordes de los grados VII, V y I grado que viajan por distintas tonalidades. De sol menor llegamos a las distantes regiones de mi bemol menor. En el segundo caso, la secuencia armónica va del V al I grado, viajando por distintas regiones, las cuales al final se organizan en sentido ascendentes, como las figuras de El Greco y las miradas de sus personajes, que dirigen hacia las alturas con expresión de súplica.
Todos conocemos el carácter místico de la música de Bach. Si bien podemos decir que su religiosidad está presente a lo largo de toda su obra, notamos sin embargo momentos donde el nivel de éxtasis místicos es mas profundo, como en el caso de las secuencias que acabo de citar.
La Fuga en mi menor es monotonal y a pesar de que su tema nunca sale de la relación tónica-dominante, siempre le percibimos de manera nueva. Como dijo Lao-Tse, " se conoce el mundo / sin salir de la casa propia", porque el universo interior también es infinito.
Caso aparte entre las toccatas es la escrita en fa# menor. En ella encontramos el mayor número de relaciones con el tema religioso. Por una parte, sabemos que si menor, fa# menor y do# menor fueron tonalidades escogidas por Bach para expresar sus mas elevados sentimientos religiosos. Ejemplo de ello lo son del Kyrie I y el KyrieII de la misa en si menor ( escritos en si menor y fa# menor, respectivamente), los preludios y Fugas del Clave Bien Temperado escritos en estas tonalidades. Pero no sólo la semántica de las tonalidades nos permiten hacer esta lectura de lo religioso en esta toccata. También el tema cromático descendente presentado desde el segundo movimiento en factura de motete imitativo que después tomará aire de siciliana en la fuga final. Conocemos esta entonación del cromatismo descendente como representación del llanto, del lamento. Con esta entonación en el bajo, comienza en el aire de siciliana la "La Pasión según San Mateo". Esta misma entonación la encontramos también en el dúo de tenor y mezzo-soprano del Magnifica en Re Mayor y en el lamento del "Capricho por la partida del hermano amado". El aire de siciliana expresa en el motete Komm, Jesu, Komm la petición que hace un sujeto a Dios para abandonar el cuerpo ya que a pesar de la virtud el cuerpo está fatigado. Bien hubiera podido servir un salmo como programa literario de esta toccata tan dramática con la que concluye este artículo.
Al oír las toccatas para clave de Bach, exaltaremos en aire de danza, la divina existencia, pasaremos de la oscuridad a la luz, descenderemos a las profundidades del éxtasis místicos para finalmente elevar nuestra mirada hacia lo mas alto, suplicando misericordia en el llanto que rememora la existencia de Aquel que entregó su vida por amor a nosotros.
Retorno las palabras de Severo Sarduy para invitarlos a esta aventura sonora del Barroco: "espacio del viaje, travesía de la repetición".


Belén Ojeda.* Músico y poeta

http://www.kalathos.com/may2000/toccata.html

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