Dec 14, 2006
En New York está el infinito
Dec 6, 2006
William Blake
Nov 24, 2006
Patrizio Travagli: Aleph
Paredes de crystal cubiertas con velos especiales que reflejan la esfera de luz que contiene, multiplicándola así infinitamente. De esta manera, el espectador percibe un contenedor sin paredes, abarcando un espacio infinito. La obra hace honor a los nuevos horizontes conceptuales ampliados por los experimentos de los estudios Daneses que en el 2001 consiguieron “detener” la luz.
Nov 23, 2006
Elogio de la arena
Muestra en el Centro Cultural Recoleta
Grupo líneas- Elogio de la arena
17-11 al 10-12 - Sala 11-
La obra aborda el tema de lo infinito y el eterno retorno, una búsqueda por acercarse a la memoria fugaz, indefinida o vivida en plenitud.Líneas y trazos apuntan a diferentes sitios, “parecen venir a ningún lugar y llegar a ninguna parte”. Sin embargo, la muestra busca un sentido al sin sentido: la reconciliación del hombre con la naturaleza y, por lo tanto, la reconciliación del hombre consigo mismo.El Grupo Líneas presentó en el 2004 la exposición Más allá de las líneas, en la Galería Arcimboldo de Buenos Aires. En 2005, fue invitado a realizar una muestra en el Museo de Arte Moderno en la ciudad de Cuenca, Ecuador. Fotografías, papel artesanal, gráficos sobre acetato y bordados sobre tela son lo medios que utilizan para trabajar su propuesta. Grupo líneas: Isabel Lacau, Estela Pereda y Mariagusta Vintimilla.
CÙØAMÀLUKYA SUTTA: lo declarado y lo no declarado sobre si el mundo es finito o infinito y otras cuestiones
CÙØAMÀLUKYA SUTTA*
El Discurso del Símil de la Flecha
1. Esto es lo que he oído. En una ocasión el Sublime residía en Sàvatthì, en el parque de Jeta, en el monasterio de Anàthapiäðika. Entonces, al venerable Màlukyaputta1 que se encontraba retirado en meditación ocurrió el siguiente pensamiento:
“Estas concepciones especulativas no han sido declaradas por el Sublime, han sido dejadas de lado, rechazadas: ‘El mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’; ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’; ‘el alma (jìva) es la misma que el cuerpo’ o ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’; ‘el ser2 existe después de la muerte’ o ‘el ser no existe después de la muerte’ o ‘el ser existe y no existe después de la muerte’ o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’. Estas concepciones especulativas el Sublime no me las ha declarado. Que el Sublime no me haya declarado éstas me displace, no lo puedo aceptar. Yo iré al Sublime y le preguntaré acerca de este asunto. Si el Sublime me declara ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’, seguiré la vida noble con el Sublime. Pero si el Sublime no me declara ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’, abandonaré el entrenamiento y regresaré a la vida laica.”3
2. Entonces, el venerable Màlukyaputta, al anochecer saliendo de su retiro, fue a donde estaba el Sublime. Después de reverenciar al Sublime se sentó a un lado y le dijo:
3. “Aquí, venerable Señor, cuando me encontraba retirado en meditación ocurrió el siguiente pensamiento: ‘Estas concepciones especulativas no han sido declaradas por el Sublime, han sido dejadas de lado, rechazadas: ‘El mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’; ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’; ‘el alma es la misma que el cuerpo’ o ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’; ‘el ser existe después de la muerte’ o ‘el ser no existe después de la muerte’; o ‘el ser existe y no existe después de la muerte’ o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’. Estas concepciones especulativas el Sublime no me las ha declarado. Que el Sublime no me haya declarado esto me displace, no lo puedo aceptar. Yo iré al Sublime y le preguntaré acerca de este asunto. Si el Sublime me declara ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’, seguiré la vida noble con el Sublime. Pero si el Sublime no me declara ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’, abandonaré el entrenamiento y regresaré a la vida laica’. Si el Sublime conoce ‘el mundo es eterno,’ que el Sublime me declare ‘el mundo es eterno.’ Si el Sublime conoce ‘el mundo no es eterno,’ que el Sublime me declare ‘el mundo no es eterno’. Si el Sublime no conoce ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’, entonces, lo correcto de uno que no conoce ni ve es decir: ‘no conozco, no veo.’
Si el Sublime conoce ‘el mundo es finito,’ que el Sublime me declare ‘el mundo es finito’. Si el Sublime conoce ‘el mundo es infinito,’ que el Sublime me declare ‘el mundo es infinito’. Si el Sublime no conoce ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’, entonces, lo correcto de uno que no conoce ni ve es decir: ‘no conozco, no veo.’
Si el Sublime conoce ‘el alma es la misma que el cuerpo,’ que el Sublime me declare ‘el alma es la misma que el cuerpo’. Si el Sublime conoce ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra,’ que el Sublime me declare ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’. Si el Sublime no conoce ‘el alma es la misma que el cuerpo’ o ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’, entonces, lo correcto de uno que no conoce ni ve es decir: ‘no conozco, no veo.’
Si el Sublime conoce ‘el ser existe después de la muerte,’ que el Sublime me declare ‘el ser existe después de la muerte’. Si el Sublime conoce ‘el ser no existe después de la muerte,’ que el Sublime me declare ‘el ser no existe después de la muerte’. Si el Sublime no conoce ‘el ser existe después de la muerte’ o ‘el ser no existe después de la muerte’, entonces, lo correcto de uno que no conoce ni ve es decir: ‘no conozco, no veo.’
Si el Sublime conoce ‘el ser existe y no existe después de la muerte,’ que el Sublime me declare ‘el ser existe y no existe después de la muerte’. Si el Sublime conoce ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte,’ que el Sublime me declare ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’. Si el Sublime no conoce ‘el ser existe y no existe después de la muerte’ o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’, entonces, lo correcto de uno que no conoce ni ve es decir: ‘no conozco, no veo.’”
4. “¿Màlukyaputta, yo le he dicho así: ‘Venga, Màlukyaputta, siga la vida noble conmigo; yo le declararé ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno, ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’, ‘el alma es la misma que el cuerpo’ o ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’, ‘el ser existe después de la muerte’ o ‘el ser no existe después de la muerte’, ‘el ser existe y no existe después de la muerte’ o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’?’”
“No, venerable Señor.”
“¿Y usted me ha dicho así: ‘Yo, venerable Señor, seguiré la vida noble con el Sublime y el Sublime me declarará ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno, ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’, ‘el alma es la misma que el cuerpo’ o ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’, ‘el ser existe después de la muerte’ o ‘el ser no existe después de la muerte’, ‘el ser existe y no existe después de la muerte’ o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’?’”
“No, venerable Señor.”
“Entonces, Màlukyaputta, yo nunca le dije: ‘Venga, Màlukyaputta, siga la vida noble conmigo; yo le declararé ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’. Tampoco usted me dijo: ‘Yo, venerable Señor, seguiré la vida noble con el Sublime y el Sublime me declarará ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’. Siendo así, hombre vano, ¿Quién abandona a quién?”
5. “Màlukyaputta, si alguien diría así: ‘No seguiré la vida noble con el Sublime hasta que el Sublime me declare ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’. Ese hombre moriría y eso continuaría, Màlukyaputta, sin ser declarado por el Tathàtaga.
Suponga, Màlukyaputta, un hombre fuese herido con una flecha bien untada con veneno. Entonces, sus amigos, compañeros, familiares y parientes trajeran un cirujano para quitar la flecha. Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si el hombre, por quien he sido herido, es guerrero, brahmán, mercader o trabajador.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca el nombre y el clan del hombre por quien he sido herido.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si el hombre, por quien he sido herido, es alto, bajo o mediano.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si el hombre, por quien he sido herido, es de tez negra, oscura o clara.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si el hombre, por quien he sido herido, es de tal poblado, pueblo o ciudad.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si el arco, con que he sido herido, es un arco largo o una ballesta.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si la cuerda del arco, con que he sido herido, es de fibra, bambú, tendón, cáñamo o enredadera.’4
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si la vara de la flecha, con que he sido herido, es de un arbusto silvestre o cultivado.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si la vara de la flecha, con que he sido herido, tiene plumas de buitre, garza, halcón, pavo real o cigüeña.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si la vara de la flecha, con que he sido herido, está amarrada con tendón de buey, búfalo, león o mono.’
Y él diría: ‘No dejaré que me quiten la flecha hasta que conozca si la flecha, con que he sido herido, tiene punta común, filosa, curva, de hierro, con diente de becerro o con dardo en forma de hoja de laurel.’”
“Màlukyaputta, este hombre moriría sin conocer estas cosas. De la misma manera, Màlukyaputta, si una persona diría: ‘No seguiré la vida noble con el Sublime hasta que el Sublime me declare ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’ ... o ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’. Ese hombre moriría y eso continuaría, Màlukyaputta, sin ser declarado por el Tathàtaga.”
6. “Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el mundo es eterno’ no es posible seguir la vida noble. De la misma manera, Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el mundo no es eterno’ no es posible seguir la vida noble. Ya sea que exista la concepción ‘el mundo es eterno’ o la concepción ‘el mundo no es eterno’, (el hecho es que) existe el nacimiento, existe la vejez, existe la muerte, existen la pena, el lamento, el dolor, el pesar y la desesperanza. La destrucción de éstas yo declaro en esta misma vida.
Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el mundo es finito’ no es posible seguir la vida noble. De la misma manera, Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el mundo es infinito’ no es posible seguir la vida noble. Ya sea que exista la concepción ‘el mundo es finito’ o la concepción ‘el mundo es infinito’, (el hecho es que) existe el nacimiento, existe la vejez, existe la muerte, existen la pena, el lamento, el dolor, el pesar y la desesperanza. La destrucción de éstas yo declaro en esta misma vida.
Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el alma es la misma que el cuerpo’ no es posible seguir la vida noble. De la misma manera, Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’ no es posible seguir la vida noble. Ya sea que exista la concepción ‘el alma es la misma que el cuerpo’ o la concepción ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’, (el hecho es que) existe el nacimiento ... La destrucción de éstas yo declaro en esta misma vida.
Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el ser existe después de la muerte’ no es posible seguir la vida noble. De la misma manera, Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el ser no existe después de la muerte’ no es posible seguir la vida noble. Ya sea que exista la concepción ‘el ser existe después de la muerte’ o la concepción ‘el ser no existe después de la muerte’, (el hecho es que) existe el nacimiento ... La destrucción de éstas yo declaro en esta misma vida.
Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el ser existe y no existe después de la muerte’ no es posible seguir la vida noble. De la misma manera, Màlukyaputta, si existe la concepción ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’ no es posible seguir la vida noble. Ya sea que exista la concepción el ser existe y no existe después de la muerte’ o la concepción ‘el ser ni existe ni no existe después de la muerte’, (el hecho es que) existe el nacimiento ... La destrucción de éstas yo declaro en esta misma vida.”
7. “Por lo tanto, Màlukyaputta, (ustedes) recuerden lo no declarado por mí como no declarado y recuerden lo declarado por mí como declarado. ¿Y qué, Màlukyaputta, no he declarado? Màlukyaputta, ‘el mundo es eterno’, no he declarado. ‘El mundo no es eterno’, no he declarado. ‘El mundo es finito’, no he declarado. ‘El mundo es infinito’, no he declarado. ‘El alma es la misma que el cuerpo’, no he declarado. ‘El alma es una cosa y el cuerpo es otra’, no he declarado. ‘El ser existe después de la muerte’, no he declarado. ‘El ser no existe después de la muerte’, no he declarado. ‘El ser existe y no existe después de la muerte’, no he declarado. ‘El ser ni existe ni no existe después de la muerte’, no he declarado.
¿Por qué, Màlukyaputta, no he declarado esto? Porque no es beneficioso, no es ni siquiera el comienzo de la vida noble,5 no conduce al desencanto,6 al desapego, a la cesación,7 a la paz, a la sabiduría, a la iluminación y al Nibbàna. Por esta razón, no he declarado esto.
¿Y qué, Màlukyaputta, he declarado? Màlukyaputta, ‘éste es el sufrimiento’, he declarado. ‘Éste es el origen del sufrimiento’, he declarado. ‘Ésta es la cesación del sufrimiento’, he declarado. ‘Éste es el sendero que conduce a la cesación del sufrimiento’, he declarado.
¿Y por qué, Màlukyaputta, he declarado esto? Porque esto, Màlukyaputta, es beneficioso, es el comienzo de la vida noble, conduce al desencanto, al desapego, a la cesación, a la paz, a la sabiduría, a la iluminación y al Nibbàna. Por esta razón, he declarado esto.
Por lo tanto, Màlukyaputta, (ustedes) recuerden lo no declarado por mí como no declarado y recuerden lo declarado por mí como declarado.”
Esto dijo el Sublime. El venerable Màlukyaputta contento se regocijó de las palabras del Sublime.
Notas
1 Màluækyaputta (en las ediciones de Sri Lanka, Tailandia, Camboya y Pali Text Society).
2 ‘Tathàgata’, de acuerdo con el Comentario, significa ‘satta’, ser.
3 ‘Hìnàya àvattissàmi’ literalmente significa regresaré a lo bajo.
4 ‘Khìrapaääì’.
5 El Comentario explica que no tiene relación con la practica de moralidad (sìla) que es el comienzo de la práctica.
6 Con el ciclo de renacimiento y muerte (saçsàra) y los cinco agregados (pañcakkhandha).
7 Del sufrimiento (dukkha).
* * * * *
* Traducido del pali por Bhikkhu Nandisena. Edición del Sexto Concilio Budista. Referencia canónica: Majjhimapaääàsa-Pàøi 89. Comentario: Majjhimapaääàsa-Aååhakathà 99. Subcomentario: Majjhimapaääàsa-Åìkà 64. Otras obras consultadas: (I) Twenty-Five Suttas from Majjhimapaääàsa, Myanmar Piåaka Association, Yangon, Myanmar (1990) Y (II) The Middle Length Discourses Of The Buddha, A New Translation of the Majjhima Nikàya, Translated by Bhikkhu Ñàäamoli And Bhikkhu Bodhi (Wisdom Publications 1995). Este material puede ser reproducido para uso personal, puede ser distribuido sólo en forma gratuita. ©CMBT 1999. Última revisión lunes 13 de marzo de 2000. Fondo Dhamma Dana. Este documento requiere de la fuente Times Pali.
Disponible en: http://www.cmbt.org/fdd/culamalukyasutta.htm
La estructura abismal del universo
Desde el punto de vista de la estética, uno de los aportes más curiosos en este tipo de indagaciones fue el del pintor y filósofo inglés William Hogarth en el siglo XVIII, quien al buscar la esencia de la belleza pictórica, y posiblemente influenciado por los desarrollos del cálculo matemático, afirmó en su The Analysis of Beauty (Londres, 1753): 'Dentro de la inmensa variedad de líneas concebirles, hay una que verdaderamente sobresale, la serpentina, que podríamos llamar 'línea de la Gracia". Según Hogarth, la mente humana gusta de ser atraída, y al ojo le gusta ser guiado como si se lanzase en una "cacería'. La línea recta, por ejemplo, no tiene belleza, y animales como el cerdo o la araña son feos porque carecen de líneas ondulantes. Pocos años después Ernst Platner interpretó los hallazgos de Hogarth en forma predecible pero ingenua:
¿Dónde podríamos encontrar el paradigma de la belleza sino en la figura femenina, centro por antonomasia de la belleza? Las líneas ondulantes son bellas porque son las que determinan el cuerpo y los movimientos de la mujer (Neve Anthropologie, Leipzig, 1790.
Kant, por su parte, en su Crítica del juicio (1790), en los capítulos dedicados a Lo Sublime, habla del 'hermoso horror de lo ilimitado". La cacería de un más allá, el misterio del eterno femenino, y la hermosura de lo ¡limitado son en realidad formas de expresar un mismo sentimiento. Una cosa es el arte definido, claro, sobre un horizonte cercano y con límites, lo que caería en la categoría de lo bello; y otra es el arte que se desborda, que alude a lo infinito, a lo eterno o misterioso; la serpentina que como las ondas del mar nunca termina ; es decir, lo sublime, que conlleva las más altas emociones estéticas'1 En todo caso, parece que fue precisamente André Cide quien usó el término de puesta en abismo (Mise en Abyme) a partir de sus estudios de heráldica, para indicar el fenómeno artístico que hace que la mirada se desboque a la caza de lo ilimitado.
Dallenbach, quien a partir de la obra de Gide y en especial de su novela Les Faux-Monnayeurs, ha estudiado en detalle sus características, distingue tres calses de puesta en abismo: duplicación simple, cuando un fragmento de la obra refleja la totalidad; duplicación al infinito, cuando el fragmento incluye otro fragmento, que incluye otro que...; duplicación aporística, cuando el fragmento incluye la obra que lo incluye, en una especie de círculo que impide el avance hacia otros niveles2
En última instancia, el arte más elevado, ese que nos lanza hacia el infinito, está aprovechando el deseo arquetípico del hombre de escaparse de si, su permanente anhelo de trascendencia. Por este camino, el tema de la construcción abismal puede ¡legar a ofrecer una explicación del universo. Así lo intuyó Schopenhauer a principios del siglo pasado cuando afirmó que si el mundo como representación en su conjunto no es más que voluntad haciéndose visible, el arte es la misma visibilidad más clara todavía. Es la cámara oscura que muestra los objetos con mayor pureza y que permite abarcarlos de una ojeada. El teatro en el teatro, la escena en la escena, como Hamlet.3
La estructura abismal del universo, en Del mito a la posmodernidad (Alvaro Pineda Botero), disponible en http://www.javeriana.edu.co/narrativa_colombiana/contenido/bibliograf/pineda_mito/abismo.htm
2. Lucien Dalienhack, Le récit spéculaire, essai sur la mise en abyme,Paris,Seuil, 1977, p. 51. Volver
3. A. Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, Vol. II, Buenos Aires, Aguilar, 1960, p. 258. Volver
Beckmann y el infinito
El objeto que se recorta sobre el espacio infinito y misterioso debe ser plasmado con "rotundidad exagerada". La exageración no como ornamentación plateresca "sino como plenitud y plasticidad". Para Beckmann el misterio no llega a la superficie como un tenue e inasible vapor. Es la extrañeza que siempre estalla en los objetos. De ahí que el objeto nunca termine por mostrarse en todo lo que es. El objeto así posee cierta irrealidad que sólo puede ser mitigada por la pintura. El arte para Beckmann será fiel a la presencia del objeto traspasado por el enigma del espacio. Beckmann imagina un encuentro con William Blake. El poeta de Las bodas del cielo y el infierno lo exhorta a tener siempre confianza en las cosas. Al artista alemán le gustaría acaso imaginar a las cosas como movedizas escamas sobre el cuerpo invisible de un dios. Beckmann habla entonces de una "objetividad trascendente". El objeto que se debe expresar se abre y desborda dentro de los valles profundos del espacio.
http://www.temakel.com/galeriapobjeto.htm
Nov 22, 2006
Spinoza, Barroco e Infinito
El amor intelectual en Spinoza, por Tamar Zokenmager
http://www.elsigma.com/popup/index.jsp?idContent=6100
El espacio infinito en el Barroco
Si bien las composiciones barrocas son más ricas y complicadas que las del Renacimiento, son a la vez más unitarias. La unidad es su condición previa. Esto corresponde a la conciencia cósmica. Pero ante todo está el afán de despertar en quien contempla, el sentimiento de lo inagotable, la incomprensibilidad, la infinitud de la representación, tendencia que domina todo el Barroco.En lugar del temor al Juez del universo aparece el estremecimiento metafísico de Pascal ante “le silence éternel des espaces infinis”. Todo el arte barroco está lleno de ese estremecimiento. La obra de arte pasa a ser símbolo del universo.
Maria Hines- http://www.elarcadigital.com.ar/elarca/58/notas/barroco.asp
El infinito barroco en Bach
BACH:Toccata para Clave
Al emprender un viaje hacia lo barroco, se nos hace presente un pensamiento de Kepler en el cual nos dice: " la idea de la infinitud del universo conlleva no sé qué horror secreto; en efecto, uno se encuentra errante en medio de esa inmensidad a la cual se ha negado todo límite, todo centro, y por ello mismo, todo lugar determinado".
Esta concepción de la infinitud del mundo recorre todas las manifestaciones artísticas del barroco: ¿hacia dónde nos conducen las columnas salomónicas en su persistente elevación en espiral? ¿qué lugar nos espera después de la travesía de los arcos que se prolongan indefinidamente? ¿qué mundos desconocidos nos depara el decorado de las bóvedas con su representación del espacio cósmico?.
Severo Sarduy expresa lo siguiente, al escribir sobra la ciudad barroca: "que nada perturbe la insistencia…. Que nada interrumpa la continuidad lícita del espacio mensurable, ni la del tiempo, perpetua sucesión de instantes idénticos". Más adelante nos dice: "Barroco: espacio del viaje, travesía de la repetición".
Así, la música del barroco nunca interrumpe su movimiento perpetuo. Aún las cadencias se encuentran muchas veces ocultas bajo el canto de las voces superiores. El tiempo se divide en figuras rítmicas que se repiten continuamente en esa " sucesión de instantes idénticos" de la que nos habla Severo Sarduy.
Esta búsqueda de lo infinito hacia lo interior y lo exterior perfectamente conectados, recorre toda la obra de Bach, quien nos conduce por los territorios más sublimes que pueda transitar el alma, hasta abandonarnos al estado más profundo del éxtasis religioso, allí donde San Juan de La Cruz diría: "Entreme donde no supe / y quedeme no sabiendo / toda ciencia trascendiendo".
Las siete toccatas para clave de Bach fueron escritas durante los períodos de Weimar y Cöthen, entre 1707 y 1717. Ellas conforman en sí, un género que sintetiza a su vez, y de una manera muy libre, otros de la época como lo son el preludio y la fuga, la suite y el "concerto grosso". De las siete toccatas, seis abren con preludio y seis cierran con fuga. En la Toccata en Re Mayor encontramos, además de la fuga final, una doble fuga como parte central del tercer movimiento. En la Toccata en Fa# menor también encontramos dos fugas.
Los aires de danza ocupan un lugar muy importante en las toccatas. Así lo cotidiano es celebrado con una profunda religiosidad que llena todos los espacios de la vida. Ante nosotros aparecen aires de zarabanda, giga, tarantella y siciliana, algunas de ellas escritas con la técnica de la fuga como sección final de la toccata.
El "concerto grosso" se hace presente como género y como principio de escritura. Podemos decir que la Toccata en Sol Mayor, escrita en 1709, es antecedente del Concierto Italiano para clave solo, escrito en los años 20, Esta es la única toccata que está escrita en tres movimientos independientes.. Además su primer movimientos nos muestra la alternancia del "tutti" y el solo, esa manera de realizar claroscuros en música y pasar del conjunto al solista, de lo fuerte a lo suave, como se pasa de la oscuridad a la luz, yustaposición drástica de contrarios (o aparentes contrarios), como lo vemos en obras de Caravaggio, Velásquez, Ribera y otros.
Pero la influencia del "concerto grosso", se deja sentir también en movimientos rápidos de otras toccatas. Tanto la parte central del segundo movimientos de la Toccata en sol menor, como el segundo movimiento de la Toccata en Re Mayor, nos muestran el principio dialéctico del "concerto grosso".
En su último movimiento, las toccatas evocan el material musical del inicio, describiendo así una línea espiral, Esto, además de tener un contenido simbólico, que expresa relación con lo divino, pareciera decirnos que aunque retornáramos al lugar de partida, éste nunca volverá a ser el mismo por la carga vivencial del recorrido.
Quisiera referirme ahora a la representación en espejo, tan común en el barroco.
Cuando oímos la fuga de la Toccata en sol menor con sus temas en "inversión de espejo", es imposible no preguntarnos acerca de esa otra mitad invisible a nuestros ojos, que nos complementa permanentemente. Imposible no recordar "Las Meninas" de Velázquez con su espejo fuera del cuadro funcionando como eje para unir lo efímero del tiempo histórico a lo imperecedero de la obra de arte, realidades que se encuentran a ambos lados del espejo. Imposible no recordar el cuadro "Venus frente al espejo" del mismo Velázquez, donde conocemos el rostro de la diosa por su reflejo en el espejo de la representación pictórica.
El problema de lo infinito está planteado en toda la música del barroco. En las toccatas de Bach lo encontramos a nivel motívico, armónico, contrapuntístico y formal. Este último aspecto se evidencia sobre todo en las dos últimas toccatas, las cuales datan del año 1717. En ellas encontramos el encadenamiento de las distintas partes: el final de un movimientos concluye por elisión en el comienzo del siguiente. Esto anticipa en mas de un siglo, los recursos usados por la ópera de la segunda mitad del siglo XIX con desarrollo ininterrumpido.
En el aspecto armónico, la expresión de lo infinito la encontramos en el tercer movimiento de la Toccata en re menor y en el cuarto movimiento de la Toccata en fa# menor. En ambos casos estamos ante movimientos lentos, de éxtasis místicos, expresado en la "perpetua sucesión de instantes idénticos". En el primer caso, la secuencia se expresa con los acordes de los grados VII, V y I grado que viajan por distintas tonalidades. De sol menor llegamos a las distantes regiones de mi bemol menor. En el segundo caso, la secuencia armónica va del V al I grado, viajando por distintas regiones, las cuales al final se organizan en sentido ascendentes, como las figuras de El Greco y las miradas de sus personajes, que dirigen hacia las alturas con expresión de súplica.
Todos conocemos el carácter místico de la música de Bach. Si bien podemos decir que su religiosidad está presente a lo largo de toda su obra, notamos sin embargo momentos donde el nivel de éxtasis místicos es mas profundo, como en el caso de las secuencias que acabo de citar.
La Fuga en mi menor es monotonal y a pesar de que su tema nunca sale de la relación tónica-dominante, siempre le percibimos de manera nueva. Como dijo Lao-Tse, " se conoce el mundo / sin salir de la casa propia", porque el universo interior también es infinito.
Caso aparte entre las toccatas es la escrita en fa# menor. En ella encontramos el mayor número de relaciones con el tema religioso. Por una parte, sabemos que si menor, fa# menor y do# menor fueron tonalidades escogidas por Bach para expresar sus mas elevados sentimientos religiosos. Ejemplo de ello lo son del Kyrie I y el KyrieII de la misa en si menor ( escritos en si menor y fa# menor, respectivamente), los preludios y Fugas del Clave Bien Temperado escritos en estas tonalidades. Pero no sólo la semántica de las tonalidades nos permiten hacer esta lectura de lo religioso en esta toccata. También el tema cromático descendente presentado desde el segundo movimiento en factura de motete imitativo que después tomará aire de siciliana en la fuga final. Conocemos esta entonación del cromatismo descendente como representación del llanto, del lamento. Con esta entonación en el bajo, comienza en el aire de siciliana la "La Pasión según San Mateo". Esta misma entonación la encontramos también en el dúo de tenor y mezzo-soprano del Magnifica en Re Mayor y en el lamento del "Capricho por la partida del hermano amado". El aire de siciliana expresa en el motete Komm, Jesu, Komm la petición que hace un sujeto a Dios para abandonar el cuerpo ya que a pesar de la virtud el cuerpo está fatigado. Bien hubiera podido servir un salmo como programa literario de esta toccata tan dramática con la que concluye este artículo.
Al oír las toccatas para clave de Bach, exaltaremos en aire de danza, la divina existencia, pasaremos de la oscuridad a la luz, descenderemos a las profundidades del éxtasis místicos para finalmente elevar nuestra mirada hacia lo mas alto, suplicando misericordia en el llanto que rememora la existencia de Aquel que entregó su vida por amor a nosotros.
Retorno las palabras de Severo Sarduy para invitarlos a esta aventura sonora del Barroco: "espacio del viaje, travesía de la repetición".
Belén Ojeda.* Músico y poeta
Arquitectura barroca
Wilanów a Polonia
El rechazo de la simplicidad y la búsqueda de lo complejo. No reniega de las formas clásicas (columnas, arcos, frontones, frisos), pero las transforma de manera fantasiosa. A veces el edificio llega a ser como una gran escultura. Los entablamentos adoptan la curva y los frontones se parten y adoptan curvas, contracurvas y espirales.
Se adopta la elíptica, la forma oval y otras formas (como la de abeja de Borromini). Las paredes son cóncavas y convexas, es decir siempre onduladas. Se llega al abandono de líneas rectas y superficies planas.
Se adopta un nuevo tipo de planta que ofrece planos oblicuos para dar sensación de movimiento (espacios dinámicos), en la más estática de las artes. Gusta de representar o sugerir el infinito (un camino que se pierde, una bóveda celeste, un juego de espejos que altere y haga irreconocibles las perspectivas). Éxito del orden gigante, con columnas que abarcan 2 o 3 pisos. No faltan los campanarios, solos o en pareja, muy decorados.
Se utilizan efectos de luz, juegos de perspectiva. Da importancia a la luz y efectos luminosos, a través del claroscuro. Búsqueda de la sorpresa. Gusto por lo dramático, escenográfico y teatral.
Gran riqueza decorativa y exuberancia formal tanto en los espacios interiores como al exterior. Amor desenfrenado por lo curvilíneo y el triunfo de la columna salomónica. Arcos y frontones mixtilíneos, ventanas ovaladas. El arco descansa sobre la columna por medio de un entablamento (al modo romano), o descansa directamente sobre el capitel (modo bizantino). Ambos modos fueron empleados en el Renacimiento. Se utilizan grandes cartelas.
La creación de nuevas tipologías para edificios concretos. Las obras son: palacios, religiosas, urbanísticas, grandes jardines, galerías (que luego daría lugar a las galerías de arte.
http://es.wikipedia.org/wiki/Escultura_barroca
La infinitud en el barroco
Los motivos barrocos más importantes comprenden reflexiones sobre la vida, el hombre, el paso del tiempo y la trascendencia. Esto compone el tema fundamental del "todo es nada” [2] . En este mismo sentido, se intenta renunciar a las seducciones mundanas y llevar una vida que nos acerque a Dios. Existe una preocupación permanente por el paso del tiempo: el crecer de la muerte frente a la vida y el carácter pasajero de la existencia.
El concepto tiempo-eternidad que maneja el Barroco es una proyección sicológica del sentimiento del infinito como tiempo en el espacio, esto supone la sensación de infinitud espacial y el hombre que se desenvuelve entre lo infinitamente grande (Dios) y lo infinitamente pequeño ( lo material). En relación a esto el movimiento emplea una técnica de contraste denominada claroscuro, que resulta "adecuada a esta época oscura, pero iluminada de fe” [3] Este claroscuro se presenta también en un plano metafísico, en cuanto el hombre es incapaz de conocer la verdadera realidad. Esto desencadena el motivo del mundo como teatro, donde el mundo existiría en calidad de un escenario finito que manifiesta lo infinito. En este contexto "Dios actúa como director de escena y los actores han de representar sus respectivos papeles sin estar muy seguros del éxito final” [4] .
Ya que toda representación supone la sorpresa, participan los motivos de intrusión en los secretos e intimidades del otro, y surge el observador como espía que mira a escondidas esta representación que no necesariamente es inocente, principalmente en cuanto a su veracidad. Surge la figura del curioso, argumento central de la novela intercalada en El Quijote, "El Curioso Impertinente”. Es justamente la curiosidad de don Felipe motivada por los relatos de Cardenio lo que lo lleva a conocer a la prometida de su amigo, lo que desencadena en última instancia la tragedia que ya conocemos.
Otro motivo, muy relacionado con lo anterior, es el de la metamorfosis y el disfraz, como advierte Hatzfeld donde encontramos la figura típica de la mujer vestida como hombre, que analizaremos más adelante en Dorotea, quien aparece en Sierra Morena disfrazada del sexo opuesto, buscando en esa metamorfosis una cura a sus dolores. Sabemos que en casi la cuarta parte de las obras de Lope aparece el disfraz varonil de la mujer, también fue utilizado por Tirso de Molina, y por supuesto, por Cervantes en sus obras teatrales.
Todo esto se enmarca en la relación problemática del artista, atraído por la realidad, donde juegan importantes papeles los motivos ya referidos. El artista barroco se encuentra escindido entre dos planos que se contraponen: por una parte, y en su verticalidad, un movimiento que se desarrolla en una ascensión hacia lo espiritual y trascendente (místico). Sin embrago, se siente cautivado por otro impulso que corre en dirección horizontal hacia lo terreno, la vida y la naturaleza (tema que de cierta forma el Renacimiento ha tratado de manera superficial). "Esta atracción por lo humano individual, por la naturaleza y por la realidad toda, es lo que nos explica el extraordinario enriquecimiento de la temática artística y literaria del Barroco” [5] . Cobra especial importancia lo sensorial, y en su exacerbación lo sensual [6] . El artista pone el acento no ya en la idealización, sino en la vida misma, en su proximidad con la existencia, que contempla y goza, sin censurar ya la fealdad, lo grotesco, más allá de la belleza formal o las jerarquías sociales.
Extraido de: "La problemática barroca en el Quijote de 1605: Figura y representación de la mujer", por Carolina Brown y Daniela Picón; disponible en Cyber Humanitatis Nº 31 (Invierno de 2004) - http://www.cyberhumanitatis.uchile.cl/CDA/texto_simple2/0,1255,SCID%253D14071%2526ISID%253D499,00.html
[1] Orozco, Emilio. Manierismo y Barroco.
[2] Algunos de sus exponentes son: Santa Teresa de Jesús y Calderón de la Barca.
[3] Hatzfeld, Helmut: Estudios sobre el Barroco.
[4] Hatzfeld, Helmut: Estudios sobre el Barroco
[5] Orozco, Emilio. Manierismo y Barroco.
[6] Orozco señala: "No es extraño, aunque sí paradójico, el que el artista resalte con vigor lo finito y concreto de toda la realidad visible, al mismo tiempo que descubre, como nunca, su relación y depender de lo eterno”.
Borges: La doctrina de los ciclos
Esa doctrina (que su más reciente inventor llama del Eterno Retorno) es formulable así:
El número de todos los átomos que componen el mundo es, aunque desmesurado, finito, y sólo capaz como tal de un número finito (aunque desmesurado también) de permutaciones. En un tiempo infinito, el número de las permutaciones posibles debe ser alcanzado, y el universo tiene que repetirse. De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo crecerá tu esqueleto, de nuevo arribará esta misma página a tus manos iguales, de nuevo cursaras todas las horas hasta la de tu muerte increíble. Tal es el orden habitual de aquel argumento, desde el preludio insípido hasta el enorme desenlace amenazador. Es común atribuirlo a Nietzsche.
Ignoro si mi lector está convencido; yo no lo estoy. El indoloro y casto despilfarro de números enormes obra sin duda ese placer peculiar de todos los excesos, pero la Regresión, sigue más o menos Eterna, aunque a plazo remoto. Nietzsche podría replicar: Los electrones giratorios de Rutherford son una novedad para mí, así como la idea -tan escandalosa para un filólogo- de que pueda partirse un átomo. Sin embargo, yo jamás desmentí que las vicisitudes de la materia fueran cuantiosas; yo he declarado solamente que no eran infinitas. Esa verosímil contestación de Friedrich Nietzsche me hace recurrir a Gerg Cantor y a su heroica teoría de conjuntos.
Cantor destruye el fundamento de la tesis de Nietzsche. Afirma la perfecta infinitud del número de puntos del universo, y hasta de un metro de universo, o de una fracción de ese metro. La operación de contar no es otra cosa para él que la de equiparar series. Por ejemplo, si los primogénitos de todas las casas de Egipto fueron matados por el Ángel, salvo los que habitaban en casas que tenía en la puerta una señal roja, es evidente que tantos se salvaron como señales rojas había, sin que esto importe enumerar cuántos fueron. Aquí es indefinida la cantidad; otras agrupaciones hay en que es infinita. El conjunto de los números naturales es infinito, pero es posible demostrar que son tantos los impares como los pares.
Al 1 corresponde el 2
Al 3 corresponde el 4
Al 5 corresponde el 6, etcétera.
La prueba es tan irrefutable como baladí, pero no defiere de la siguiente de que hay tantos múltiplos de tres mil dieciocho como números hay -sin excluir de éstos al tres mil dieciochos y sus múltiplos.
Al 1 corresponde el 3018
Al 2 corresponde el 6036
Al 3 corresponde el 9054
Al 4 corresponde el 12072, etcétera.
Cabe afirmar lo mismo de sus potencias, por más que éstas se vaya ratificando a medida que progresemos.
Al 1 corresponde el 3018
Al 2 corresponde el 30182 el 9.108.324
Al 3, etcétera.
Una genial aceptación de estos hechos ha inspirado la fórmula de que una colección infinita -verbigracia, la serie natural de números enteros- es una colección cuyos miembros pueden desdoblarse a su vez en series infinitas. (Mejor para eludir toda ambigüedad: conjunto infinito es aquel conjunto que puede equivaler a uno de sus conjuntos parciales.) La parte, en esas elevadas latitudes de la numeración, no es menos copiosa que el todo: la cantidad precisa de puntos que hay en el universo es la que hay en un metro, o en un decímetro, o en la más honda trayectoria estelar. La serie de los números naturales está bien ordenada: vale decir, los términos que la forman son consecutivos; el 28 precede al 29 y sigue al 27. La serie de los puntos del espacio (o de los instantes del tiempo) no es ordenable así; ningún número tiene un sucesor o un predecesor inmediato. Es como la serie de los quebrados según la magnitud. ¿Qué fracción enumeraremos después de 1/2? No 51/100 porque más cerca está 201/400; no 201/400 porque más cerca... Igual sucede con los puntos, según George Cantor. Podemos siempre intercalar otros más, en número infinito. Sin embargo, debemos procurar no concebir tamaños decrecientes. Cada punto ya es el final de una infinita subdivisión.
El roce del hermoso juego de Cantor con el hermoso juego de Zarathustra es mortal para Zaratustra. Si el universo consta de un número infinito de términos, es rigurosamente capaz de un número infinito de combinaciones -y la necesidad de un eterno retorno queda vencida. Queda su mera posibilidad, computable en cero.
II
Escribe Nietzsche, hacia el otoño de 1883: Esta lenta araña arrastrándose a la luz de la luna, y esta misma luz de la luna, y tú y yo cuchicheando en el portón, cuchicheando de eternas cosas, ¿no hemos coincidido ya en el pasado? ¿Y no recurriremos otra vez el largo camino, en ese largo tembloroso camino, no recurriremos eternamente? Así hablaba yo, y siempre con voz menos alta, porque me daban miedo mis pensamientos y mis traspensamientos. Escribe Eudemo parafraseador de Aristóteles, unos tres siglos antes de la Cruz: Si hemos de creer a los pitagóricos, las mismas cosas volverán puntualmente y estaréis conmigo otra vez y yo repetiré esta doctrina y mi mano jugará con este bastón, y así de lo demás. En la cosmogonía de los estoicos, Zeus se alimenta del mundo: el universo es consumido cíclicamente por el fuego que lo engendró, y resurge de la aniquilación para repetir una idéntica historia. De nuevo se combinan las diversas partículas seminales, de nuevo informan piedras, árboles y hombres -y aún virtudes y días, ya que para los griegos era imposible un nombre sustantivo sin alguna corporeidad. De nuevo cada espada y cada héroe, de nuevo cada minuciosa noche de insomnio.
Como las otras conjeturas de la escuela del Pórtico, esa de la repetición general cundió por el tiempo, y su nombre técnico, apokatastasis, entró en los Evangelios (Hechos de los Apóstoles, III, 21), si bien con intención indeterminada. El libro doce de la Civitas Dei de San Agustín dedica varios capítulos a rebatir tan abominable doctrina. Esos capítulos (que tengo a la vista) son harto enmarañados para el resumen, pero la furia episcopal de su autor parece preferir dos motivos; uno, la aparente inutilidad de esa rueda; otro, la irrisión de que el Logos muera como un pruebista en la cruz, en funciones interminables. Las despedidas y el suicidio pierden su dignidad si los menudean; San Agustín debió pensar lo mismo de la Crucifixión. De ahí que rechazara con escándalo el parecer de los estoicos y pitagóricos. Éstos argüían que la ciencia de Dios no puede comprender cosas infinitas y que esa eterna rotación del proceso mundial sirve para que Dios lo vaya aprendiendo y se familiarice con él; San Agustín se burla de su vanas revoluciones y afirma que Jesús es la vía recta que nos permite huir del laberinto circular de tales engaños.
En aquel capítulo de su Lógica que trata de la ley de la causalidad, John Stuart Mill declara que es concebible -pero no verdadera- una repetición periódica de la historia, y cita la egloga mesiánica de Virgilio:
Jam redit et virgo, redeunt Saturnia regna...
Nietzsche, helenista, ¿pudo acaso ignorar a esos precursores? Nietzsche el autor de los fragmentos sobre los presocráticos, ¿pudo no conocer una doctrina que los discípulos de Pitágoras aprendieron? [i] Es muy difícil creerlo -e inútil. Es verdad que Nietzsche ha indicado, en memorable página, el preciso lugar en que la idea de un eterno retorno lo visitó: un sendero en los bosques de Silvaplana, cerca de un vasto bloque piramidal, un mediodía del agosto de 1881 - a seis mil pies del hombre y del tiempo. Es verdad que ese instante es uno de los honores de Nietzsche. Inmortal el instante, dejará escrito, en que yo engendré el eterno regreso. Por ese instante yo soporto el Regreso (Unschuld des Werdens, II, 1308). Opino, sin embargo, que no debemos postular una sorprendente ignorancia, ni tampoco una confusión humana harto humana, entre la inspiración y el recuerdo, ni tampoco un delito de vanidad. Mi clave es de carácter gramatical, casi diré sintáctico. Nietzsche sabía que el Eterno Retorno es de las fábulas o miedos o diversiones que recurren eternamente, pero también sabía que la más eficaz de las personas gramaticales es la primera. Para un profeta, cabe asegurar que la única. Derivar su revelación de un epítome, o de la Historia philosophiae graeco-romanae de los profesores suplentes Ritter y Preller, era imposible a Zaratustra, por razones de voz y de anacronismo -cuando no tipográficas. El estilo profético no permite el empleo de las comillas ni la erudita alegación de libros y autores...
Si la carne humana asimila carne brutal de ovejas, ¿quién impedirá que la mente human asimile estados mentales humanos? De mucho repensarlo y de padecerlo, el eterno regreso de las cosas es ya de Nietzsche y no de un muerto que es apenas un nombre griego. No insistiré: ya Miguel de Unamuno tiene su página sobre esa prohijación de los pensamientos.
Nietzsche quería hombres capaces de aguantar la inmortalidad. Lo digo con palabras que están en sus cuadernos personales, en el Nachlass, donde grabó también estas otras: Si te figuras una larga paz antes de renacer, te juro que piensas mal. Entre el último instante de la conciencia y el primer resplandor de una vida nueva hay ningún tiempo -el plazo dura lo que un rayo, aunque no basten a medirlo billones de años. Si falta un yo, la infinitud puede equivaler a la sucesión.
Antes de Nietzsche la inmortalidad personal era una mera equivocación de las esperanzas, un proyecto confuso. Nietzsche la propone como un deber y le confiere la lucidez atroz de un insomnio. El no dormir (leo en el antiguo tratado de Robert Burton) harto crucifica a los melancólicos, y nos consta que Nietzsche padeció esa crucifixión y tuvo que buscar salvamento en el amargo hidrato de cloral. Nietzsche quería ser Walt Whitman, quería minuciosamente enamorarse de su destino. Siguió un método heroico: desenterró la intolerable hipótesis griega de la eterna repetición y procuró educir de esa pesadilla mental una ocasión de júbilo. Busco la idea más horrible del universo y la propuso a la delectación de los hombres. El optimista flojo suele imaginar que es nietzscheano; Nietzsche lo enfrenta con los círculos del eterno regreso y lo escupe así de su boca.
Escribió Nietzsche: No anhelar distantes venturas y favores y bendiciones, sino vivir de modo que queramos volver a vivir, y así por toda la eternidad. Mauthner objeta que atribuir la menor influencia moral, vale decir practica, a la tesis del eterno retorno, es negar la tesis -pues equivale a imaginar que algo puede acontecer de otro modo. Nietzsche respondería que la formulación del regreso eterno y su dilatada influencia moral (vale decir practica) y las cavilaciones de Mauthner y su refutación de las cavilaciones de Mauthner, son otros tantos necesarios momentos de la historia mundial, obra de las agitaciones atómicas. Con derecho podría repetir lo que ya dejó escrito: Basta que la doctrina de la repetición circular sea probable o posible. La imagen de un mera posibilidad nos puede estremecer y rehacer. ¡Cuánto no ha obrado la posibilidad de penas eternas! Y en otro lugar: En el instante en que se presenta esa idea, varían todos los colores- y hay otra historia.
III
Alguna vez nos deja pensativos la sensación de haber vivido ya ese momento. Los partidarios del eterno retorno nos juran que así es e indagan una corroboración de su fe en esos perplejos estados. Olvidan que el recuerdo importaría una novedad que es la negación de la tesis y que el tiempo lo iría perfeccionando -hasta el ciclo distante en que el individuo ya prevé su destino y prefiere obrar de otro modo... Nietzsche, por lo demás, no habló nunca de una confirmación mnemónica de Regreso [ii].
Tampoco habló -y eso merece destacarse también- de la finitud de los átomos. Nietzsche niega los átomos; la atomística no le parecía otra cosa que un modelo del mundo, hecho exclusivamente para los ojos y el entendimiento aritmético... Para fundar su tesis, habló de una fuerza limitada, desenvolviéndose en el tiempo infinito, pero incapaz de un número ilimitado de variaciones. Obró no sin perfidia: primero nos precave contra la idea de una fuerza infinita -¡cuidemos de tales orgías del pensamiento- y luego generosamente concede que el tiempo es infinito. Asimismo le agrada recurrir a la Eternidad Anterior. Por ejemplo: un equilibrio de la fuerza cósmica es imposible, pues de no serlo, ya se habría operado en la Eternidad Anterior. O si no: la historia universal ha sucedido un número infinito de veces -en la Eternidad Anterior. La invocación parece valida, pero conviene repetir que es Eternidad Anterior (o aeternitas a parte ante, según le dijeron los teólogos) no es otra cosa que nuestra incapacidad natural de concebirle principio al tiempo. Adolecemos de la misma incapacidad en lo referente al espacio, de suerte que invocar una Eternidad anterior es tan decisivo como invocar un Infinitud A Mano Derecha. Lo diré con otras palabras: si el tiempo es infinito para la intuición, también lo es para el espacio. Nada tiene que ver esa Eternidad Anterior con el tiempo real discurrido; retrocedamos al primer segundo y notaremos que éste requiere un predecesor, y ese predecesor otro más, y así infinitamente. Para restañar ese regressus in infinitum, San Agustín resuelve que el primer segundo del tiempo coincide con el primer segundo de la Creación -non in tempore sed cum tempore incepit creatio.
Nietzsche recurre a la energía; la segunda ley de la termodinámica declara que hay procesos energéticos que son irreversibles. El calor y la luz no son más que formas de la energía. Basta proyectar una luz sobre una superficie negra para que se convierta en calor. El calor, en cambio, ya no volverá a la forma de la luz. Esa comprobación de aspecto inofensivo o insípido, anula el laberinto circular del Eterno Retorno.
La primera ley de la termodinámica declara que la energía del universo es constante; la segunda, que esa energía propende a la incomunicación, al desorden, aunque la cantidad total no decrece. Esa gradual desintegración de las fuerza que componen el universo, es la entropía. Una vez alcanzado el máximo de entropía, una vez igualas las diversas temperaturas, una vez excluida (o compensada) toda acción de un cuerpo sobre otro, el mundo será un fortuito concurso, de átomos. En el centro profundo de las estrellas, ese difícil y mortal equilibrio ha sido logrado. A fuerza de intercambios el universo entero lo alcanzará, y estará tibio y muerto.
La luz se va perdiendo en calor; el universo, minuto por minuto, se hace invisible. Se hace más liviano también. Alguna vez, ya no será más que calor: calor equilibrado, inmóvil, igual. Entonces habrá muerto.
Una incertidumbre final, esta vez de orden metafísico. Aceptada la tesis de Zarthustra, no acabo de entender cómo dos procesos idénticos dejan de aglomerarse en uno. ¿Basta la mera sucesión, no verificada por nadie? A falta de un arcángel especial que lleve la cuenta, ¿qué significa el hecho de que atravesamos el ciclo trece mil quinientos catorce, y no el primero de la serie o el número trescientos veintidós con el exponente en dos mil? Nada, para la práctica -lo cual no daña al pensador. Nada para la inteligencia -lo cual ya es grave.
Jorge Luis Borges1934, Salto Oriental
LA DOCTRINA DE LOS CICLOS
En Historia de la eternidad,
Madrid, Alianza Editorial,
1978, págs. 81-94
Entre los libros consultados para la noticia anterior, debo mencionar los siguientes:Die Unschuld des Weindes, von Friedrich Nietzsche. Leipzig, 1931.Also sprach Zaarathustra, von Friedrich Nietzsche. Leipzig, 1892.Introduction to mathematical philosophy, by Bertrand Russel. London, 1919.The A B C of atoms, by Bertrand Russel. London, 1928.The nature of the physical world, by A. S. Eddington. London, 1928.Die Philosophie der Griechen, von Dr. Paul Deussen. Leipzig, 1919.Wörterbuch der Philosopie, von Frist Mauthner. Leipzig, 1923.La ciudad de Dios, por San Agustín. Versión de Díaz de Beyral. Madrid, 1922.
[i] Esta perplejidad es inútil. Nietzsche, en 1874, se burla de la tesis pitagórica de que la historia se repite cíclicamente. (Vom Nutzen und Nachteil der Historie) (Nota de 1953)
[ii] De esta aparente confirmación, Néstor Ibarra escribe: Il arrive aussi que quelque perception nouvelle nous frappe comme un souvenir, que nous croyons reconnaître des objets ou des accidents que nos sommes pourtant sûrs de rencontrer pour la première fois. Jimagine quil sagit ici dun curieux comportement de notre mémoire. Une perception quelconque seffectue de abord, mais sous le seuil du concient. Un instant après, les excitations agissent, mais cette fois nous les recevons dans le conscient. Notre mémoire est déclanchée et nous offre bien le sentiment du deja vu; mais elle localise mal ce rappel. Pour en justifier la faiblesse et le trouble, nous lui supposons un considérable recul dans le temps; peut-être le renvoyons-nous plus loin de nous encore, dans le rédoublement de quelque vie antérieure. Il sagit en réalité dun passé inmédiat; et labîme qui nous en sépare est celui de notre distracción.
Más información sobre Borges y el Mito del eterno retorno en : http://www2.udec.cl/~docliter/magister/blum.pdf
Nov 21, 2006
Le Corbusier
Punto de Vista Técnico y Espiritual, p.31
La unidad que hay en la naturaleza y en el hombre es esta ley que presta vida a las obras. No bien la regla es reconocida y admitida, los parásitos, los residuos, pierden su derecho a la ciudad. La renovación está en el corazón de los acontecimientos naturales, por estaciones, en el seno del año solar o por ciclos, como las civilizaciones. También nuestras sociedades se han renovado sin cesar.
Las reglas: humano y naturaleza, p.57
Extraido de "Cómo concebir el urbanismo", Le Corbusier
Cubos infinitos
Cubos dentro de cubos. Cubos que sostienen cubos, cubos que contienen cubos. Cubos que forman cubos. Cubos superpuestos. Superposiciones y cubos que se repiten. Para ilustrar mis delirios cúbicos elegí estas obras, pero pude haber elegido otras cualesquiera de Richard Meier & Partners. Después de todo, los cubos se repiten en una misma obra. Y en otras. Obras que contienen sus cubos, y en ellos los cubos contenidos en otras obras. Porque son los mismos. Idénticos cubos. Infinitas posibilidades arquitectónicas dadas por los cubos, la superposición de cubos, la contención de cubos por cubos.
Además, recordando la entrada de los gatos infinitos, cuadros infinitos y demás delirios sobre fotos dentro de fotos, linkeo a otra web pertinente sobre cubos infinitos.
Nov 20, 2006
Leibniz: Monadología
1. La mónada, de que vamos a hablar en este tratado, no es sino una substancia simple, que entra a formar los compuestos; simple quiere decir sin partes.
Leibniz: Monadología.Universidad Complutense, Madrid.
Disponible: http://cantemar.com/Monadologia2.html